La Fundación Española del Corazón (FEC) considera de vital importancia que la mujer española esté informada sobre la alta prevalencia que tiene la enfermedad cardiovascular (ECV) entre su género.

La mujer española fallece un 8 por ciento más por enfermedad cardiovascular que el hombre

La mujer española fallece un 8 por ciento más por enfermedad cardiovascular que el hombre


Actualmente, las ECV son las responsables del fallecimiento en España de cerca de 65.000 mujeres al año, tal y como muestran los registros del INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre el año 2010, publicados en marzo de 2012, superando ya en un 7,7% a las muertes masculinas por este motivo .
Las ECV, pues, se posicionan como la primera causa de muerte entre el público femenino español, con el 35,18% de los fallecimientos, por delante de los tumores (22,35%) y de las enfermedades del sistema respiratorio (9,14%). Estos porcentajes aumentan en doce comunidades autónomas, encabezadas por Melilla, Andalucía y Asturias, con un 39,69%, 39,60% y un 37,76% de muertes femeninas por ECV respectivamente.
Por el contrario, las mujeres de las otras siete comunidades autónomas, presentan una defunción cardiovascular inferior a la media española. Las canarias, las madrileñas y las vascas son las primeras de esta lista, con porcentajes del 28,68%, el 30,65% y el 31,38%.
Las diferencias frente al sexo masculino, en cuanto a mortalidad por una patología cardiovascular, son cada vez más amplias en nuestro país. En todas las comunidades autónomas españolas, excepto Cataluña y Ceuta, la brecha supera hoy el 5%, aumentando la mortalidad femenina por esta causa hasta en un 11,52% frente a la masculina en Melilla.

Diferencias en el diagnóstico y el tratamiento de las ECV en mujeres

Las enfermedades cardiovasculares tienen distinta incidencia, evolución y pronóstico en la población en función del sexo; sin embargo, hasta hace pocos años, ni la sociedad ni los facultativos han asumido estas diferencias, perjudicando significativamente a la mujer.
Las féminas suelen presentar una edad superior a la de los hombres cuando padecen enfermedad cardiovascular y ello complica la recuperación. La explicación radica en que a partir de la menopausia, la mujer muestra un peor pronóstico que el hombre, pues deja de recibir la protección natural de los estrógenos y, con ello, se multiplican los factores de riesgo cardiovascular, produciéndose más diabetes, hipercolesterolemia y obesidad. Concretamente, a partir de los 50 años, el 50% de las mujeres padece hipertensión y una de cada tres, diabetes o trastornos de metabolismo de los hidratos de carbono o colesterol elevado. La actividad estrogénica preserva la función endotelial de las arterias y disminuye el colesterol, además reduce la viscosidad de la sangre, minimizando el riesgo de trombosis, no obstante, el tabaquismo en la mujer, cada vez más común en España, hace que se pierda parte de esa protección”, aclara la especialista.
No es de extrañar, pues, que de las 64.722 muertes anuales por ECV en mujeres españolas, el 99% se den en aquellas que superan la cincuentena.
Otro de los motivos que agravan el pronóstico de las mujeres en este sentido, es que frente a los mismos síntomas de enfermedad cardiovascular, sólo el 15% de las féminas reciben un tratamiento adecuado, mientras que el porcentaje llega hasta el 56% en los varones.
Así lo demuestran diversos registros norteamericanos como el CRUSADE, que ponen de manifiesto el retraso en la sospecha de enfermedad cardiovascular en la mujer, recibiendo con frecuencia el tratamiento necesario más tarde y en menor medida.
Hasta hace pocos años (principios del siglo XXI) los síntomas de enfermedad cardiovascular masculinos eran considerados como típicos por la comunidad científica, sin tener presente que la sintomatología de la mujer es habitualmente distinta a la del hombre. Ésta era definida como una variante de la normalidad. Afortunadamente, con el paso del tiempo se han ido reconociendo más las diferencias de los síntomas entre hombres y mujeres, y el diagnóstico y tratamiento de los factores de riesgo y de las enfermedades cardiovasculares va igualándose cada vez más.
El último estudio español sobre tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular (DARIOS II), presentado recientemente, afirma que, tras analizar a una muestra de 27.903 personas, homogénea en cuanto a sexos se refiere, el 66% de los varones y el 42% de las mujeres con hipertensión estaban bien controlados. Entre los que padecían diabetes mellitus, el 65% de los hombres y el 63% de las mujeres tenían un buen control de su enfermedad. Sorprendentemente, tanto en las categorías de riesgo cardiovascular bajo o moderado, en las que está menos justificado el tratamiento hipolipemiante, como en las de riesgo cardiovascular alto o muy alto, las mujeres recibían más tratamiento farmacológico para el exceso de colesterol que los varones.

Prevención, prevención y prevención

Cada año mueren 17,1 millones de personas en el mundo a causa de las enfermedades cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de las muertes prematuras podrían haberse evitado siguiendo un estilo de vida saludable y reduciendo los factores de riesgo.
La mayoría de las veces el riesgo cardiovascular de una persona no se debe a un solo factor, sino a varios. En estos casos, el riesgo cardiovascular resultante de estos factores no es una suma de los mismos, sino que se multiplica.
Además de los factores de riesgo cardiovascular clásicos anteriormente comentados, el estilo de vida actual está conduciendo a la aparición de nuevos factores de riesgo cardiovascular, como la apnea del sueño, el estrés, la contaminación o el consumo de drogas, que también hay que evitar y controlar.
Para el Dr. Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), “es esencial que la población se conciencie de la importancia que tiene mantener unos hábitos de vida saludables para prevenir y reducir las enfermedades cardiovasculares. Con costumbres tan sencillas como: seguir una dieta equilibrada, practicar ejercicio regularmente y evitar el consumo de tabaco, conseguiríamos grandes resultados. La educación de los hábitos cardiosaludables debe comenzar en la infancia, pues cuanto antes incorporemos estas medidas, antes se considerarán como algo natural, por lo que resultará más fácil mantenerse fiel a estas costumbres a lo largo de la vida”.

La labor educativa de la Fundación Española del Corazón

La prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante la educación sanitaria de la población es uno de los principales objetivos de la FEC, junto con el apoyo a la investigación cardiovascular en España, mediante la concesión de becas a proyectos de investigación básica y clínica en cardiología.
De forma anual, la Fundación promueve una serie de eventos que generan un contacto directo y cercano con la ciudadanía, e integran a empresas e instituciones comprometidas en la sensibilización de la población del riesgo que suponen las enfermedades cardiovasculares y la posibilidad de prevenir su aparición observando unos hábitos de vida saludables. Entre estas acciones, destacan: la Semana del Corazón, la Carrera Popular del Corazón y el Día Mundial del Corazón.
Fuente: Fundación Española del Corazón (FEC)