¿Comemos suficiente fruta, verdura, legumbres y pescado? Según los estudios científicos ENPE y ANIBES, los españoles necesitamos aumentar el consumo de estos alimentos.
Por ello, la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) ha organizado una sesión científica en la que se han repasado distintos aspectos sobre el papel de la alimentación y los estilos de vida en la salud.

Bajo el título “Nutrición, dieta y estilos de vida”, expertos en nutrición han analizado diferentes temas relacionados con una dieta saludable. En este sentido, los expertos coinciden en que se debería aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, pescados, leche y derivados lácteos, cuyo consumo es menor que el recomendado. Se observa un exceso en el consumo de carnes procesadas, alimentos con alto contenido en sal y/o azúcares y alimentos ultraprocesados de poco valor nutricional.
De hecho, una de las principales causas de muerte en las poblaciones más desarrolladas, está relacionada con las enfermedades metabólicas. En efecto, cuanto más se consumen alimentos vegetales (como frutas, verduras, cereales…) hay menos riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardio-metabólicas y/o cáncer. Por el contrario, cuando la dieta está compuesta por carne, sal, azúcares, grasas saturadas y con un aporte de vitaminas y fibras insuficientes, este riesgo aumenta.
Asimismo, el exceso de peso y un estilo de vida más sedentario también se han relacionado con problemas metabólicos, por la asociación entre el exceso de peso y una peor situación nutricional. Precisamente, durante la jornada se habló de diferentes estudios que sugieren que para lograr beneficios sanitarios y controlar el peso, se debe tener en cuenta los alimentos, el momento de consumirlos, el nivel de actividad física y el estilo de vida.

Los beneficios de la dieta mediterránea

La dieta mediterránea ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los patrones alimentarios más saludables. Esto se debe a que está compuesta por frutas, verduras, frutos secos, legumbres, cereales integrales y pescados, así como por un bajo porcentaje de carne roja y productos con azúcares añadidos.
Es por ello que este modelo alimentario juega un papel protector sobre los principales factores de riesgo vascular. Por ejemplo, puede reducir el riesgo de sufrir una complicación cardiovascular en un 30%, como el infarto de miocardio, ictus o muerte por causa cardiovascular, según el estudio PREDIMED.
Fuente: Feasan