Expertos reunidos en Málaga en el décimo encuentro de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) han admitido que el control de la insuficiencia cardiaca (IC) se está convirtiendo en uno de los principales retos de la medicina actual debido al elevado número de personas que la padecen, el 6,8 por ciento de los mayores de 45 años y entre el 15 y el 20% de los mayores de 85 (según el estudio PRICE), y a que representa una de las principales causas de hospitalización en el país.
«El envejecimiento progresivo de la población y el aumento de los principales factores de riesgo cardiovascular (como hipertensión, obesidad o diabetes) ha provocado que en los últimos diez años, la incidencia de esta enfermedad haya aumentado un 30 por ciento y se prevé que siga aumentando en los próximos años», lamenta el doctor Nicolás Manito, presidente de Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la SEC.
De hecho, este experto ha subrayado que la hospitalización por insuficiencia cardíacas «supone el 70 por ciento del gasto sanitario de esta enfermedad, por lo que reducir las tasas de rehospitalización de los pacientes es un reto para los profesionales».
Existen diversas opciones de tratamiento para la insuficiencia cardiaca según su gravedad. El control de los factores de riesgo, la administración de fármacos vasodilatadores o de betabloqueantes, la realización de una angioplastia primaria o la implantación de un desfibrilador son algunos de ellos. No obstante, este especialista ha explicado que «cuando todos estos tratamientos no funcionan, o ante la insuficiencia cardiaca avanzada que se da en el 10 por ciento de los casos, la única opción terapéutica que nos queda es el trasplante cardiaco, ya que el corazón del paciente es incapaz de bombear sangre en un volumen adecuado por sí mismo».
«Desgraciadamente, y tal y como muestra el Registro Español de Trasplante Cardiaco que presentamos en esta reunión, el número de trasplantes de corazón se está estancando en los últimos años (247 implantes en 2012 frente a los 354 del año 2000», ha reconocido Manito. Pese a todo, ha valorado que «en los últimos años se están creando nuevos dispositivos mecánicos que tienen la capacidad de cumplir la función cardiaca».
Existen diversos tipos de dispositivos de asistencia ventricular (AVM), según la función que deben realizar. Como puente al trasplante cardiaco, para mantener al paciente con vida mientras llega un corazón; como puente a la recuperación de la insuficiencia cardiaca, cuando se implanta como parte del tratamiento para que el corazón acabe de recuperar su capacidad normal; o como sistema de asistencia definitiva, en aquellos casos en los que es necesario un reemplazo del corazón, pero no se es candidato al mismo por alguna contraindicación.
«Aunque se ha demostrado la enorme utilidad de este tipo de dispositivos, su implantación en España está siendo lenta, especialmente por el alto coste derivado. Así, uno de los temas que debatimos en la reunión es la necesidad de crear grupos multidisciplinares en el tratamiento de la IC, llamados Heart Team», ha enfatizado.
Para este experto, este grupo de trabajo mejorará el abordaje de la insuficiencia cardíaca, ya que permitirá obtener decisiones más eficientes, como es la selección del paciente idóneo para recibir este tipo de dispositivos. Lo consideramos como un proceso de «control de calidad», lo que no solo mejorará el tratamiento a nuestros pacientes, sino también el control de los gastos sanitarios», anuncia Manito.
Otro de los aspectos que abordarán los más de 300 especialistas congregados en Málaga es la necesidad de crear una acreditación de experto en Insuficiencia Cardiaca. «Debido a la importancia de la insuficiencia cardiaca, tanto en su alta incidencia como en el enorme gasto sanitario que conlleva, creemos necesaria la creación de una subespecialidad en cardiología. Así, los médicos que traten esta enfermedad deberán acreditar o una formación especial o más de dos años de experiencia en una unidad de insuficiencia cardiaca», agrega.
Este año, por primera vez, se otorga el premio «Insuficiencia cardiaca a la trayectoria profesional» al doctor Eduardo de Teresa, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, quien recibirá este reconocimiento por su aportación a la terapia de resincronización cardiaca, pues fue el primer cardiólogo a nivel internacional, que realizó un artículo científico sobre los marcapasos tricamerales.
Fuente: Europa Press