Hace unos días se presentaba, en el marco del congreso anual EuroHeartCare, el programa MONICA, un programa de la Organización Mundial de la Salud que ha investigado la relación entre los trastornos del sueño y el riesgo a sufrir un infarto o un derrame cerebral. Según el MONICA dormir mal podría ser un factor de riesgo de infarto o ictus por lo que debería incluirse en las guías para prevenir la enfermedad cardiovascular.
De hecho, prestar atención a cualquier factor predictivo de riesgo cardiovascular no es tarea perdida, todo lo contrario, ya que casi 50% de la mortalidad total de la población se relaciona con enfermedades cardiovasculares (especialmente, el infarto de miocardio y el ictus). Sin embargo hasta ahora no ha habido un estudio de cohorte de base poblacional que haya examinado el impacto de los trastornos del sueño en el desarrollo de un infarto o un ictus.
El programa MONICA analizó una muestra representativa de 657 hombres, de 25 a 64 años, sin antecedentes de infarto, ictus o diabetes. El estudio empezó en 1994, evaluando la calidad del sueño. Durante los 14 años siguientes registraron los casos de infarto de miocardio e ictus.
El 63% de los participantes que sufrieron un infarto también registraron trastornos del sueño. El estudio constató que quienes tenían trastornos del sueño tenían también entre 2 y 2,6 veces más riesgo de sufrir un infarto de miocardio y entre 1,5 y 4 veces más riesgo de sufrir un ictus, comparándolos con quienes no sufrieron ningún trastorno del sueño.
En definitiva, para la OMS, la falta de sueño debería ser considerado un factor de riesgo modificable para la enfermedad cardiovascular, igual que el tabaquismo, la falta de ejercicio o la mala alimentación.
Ya sabes, si no duermes bien habla con tu médico.
Fuente: FEASAN