La fibrilación auricular (FA) es el trastorno más común del ritmo cardiaco, asociándose con una mayor mortalidad, reducción de la calidad de vida, mayor riesgo de insuficiencia cardiaca, así como con una probabilidad de hasta cinco veces más de riesgo de accidente cerebrovascular isquémico.
El tratamiento con anticoagulantes orales reduce el riesgo de ictus y se recomienda dependiendo de una serie de factores de riesgo. Éste se estima a partir de una puntuación (la CHA2DS2-VASc) y los pacientes con FA no valvular menores de 65 años con puntuaciones bajas de riesgo, no se les indica el tratamiento. No obstante, que éste riesgo sea bajo no significa que sea desdeñable y un número de pacientes de este tipo también acaban sufriendo de accidente cerebrovascular isquémico.
Centrándose en este colectivo, el Dr. Al-Khalili del Instituto Karolinska del Hospital Danderyd (Estocolmo) ha presentado los resultados de un estudio en el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC Congress 2016). La investigación tenía el objetivo de analizar la incidencia y los factores de riesgo de ictus isquémico entre pacientes de bajo riesgo con fibrilación auricular no valvular.
El análisis se basó en una muestra de 25.252 pacientes (el 72% eran hombres y la mediana de edad de 55 años) de entre 18 y 64 años con FA no valvular y de bajo riesgo, provenientes del registro nacional sueco de pacientes con datos de entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de diciembre de 2012. El estudio también contaba con información socioeconómica y de toma de fármacos de los pacientes provenientes de otras fuentes.
A pesar de ser considerados como de bajo riesgo, el registró mostró como la ratio de ictus isquémico fue de 3,4 por 1.000 pacientes, la mortalidad general (por cualquier causa) fue de 7,5 por 1.000 pacientes en pacientes sin accidente cerebrovascular y del 29,6 por 1.000 pacientes al año por pacientes que sí habían sufrido ictus.
Los factores significativos de riesgo de ictus, una vez contempladas todas las posibles variables, fueron la edad (1,06 veces más de probabilidad por cada incremento de año) y la hospitalización relacionada con el alcohol (2,01 veces más de probabilidad que aquellos que no eran hospitalizados como consecuencia del alcohol). El uso de anticoagulantes orales se asoció con un menor riesgo de ictus (0,78 veces respecto del 1 de los que no los tenían indicado). El mencionado experto subrayó como el estudio apuntaba al alcohol como factor independiente de riesgo, el cual puede inducir a FA y, a su vez, a ictus. Otra posible interpretación, según el mismo, es que el alcohol induzca a riesgo de ictus independientemente de sufrir tromboembolismo cerebral o sistémico.
Fuente: European Society of Cardiology. «Alcohol-related hospitalization associated with doubled stroke risk in atrial fibrillation: Stroke and arrhythmia: Life or death.» ScienceDaily. ScienceDaily,27 August 2016.